Las prácticas comerciales son por naturaleza dinámicas y, por tanto, se encuentran en constante evolución y transformación. Es por esto que se requiere de instrumentos consensuados y flexibles, como es el caso de este Convenio, para que mantenga vigencia en un proceso de mejora continua.
Por ello la autorregulación significa el avance en los procesos comerciales modernos, para una mejor y más eficiente realización de las transacciones económicas, dado su carácter jurídico y también moral, puesto que el compromiso de cumplir con prácticas comerciales competitivas se establece mediante la voluntad libremente expresada en este Convenio.
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